No tendrán que hacérsela los profesionales del transporte y tampoco los residentes en zonas fronterizas
España, el país gobernado por ineptos del que se aprovecha el resto del mundo. Avisan de la cuarta ola de coronavirus, ponen restricciones absurdas para los españoles como no juntarse bajo el mismo techo cinco personas no convivientes, pero permiten la entrada de todo aquel extranjero que busque fiesta. De risa.
Lógicamente, el ligero aumento de positivos, unido a las numerosas denuncias de extranjeros que se han saltado las normas de seguridad, ha hecho que este patético gobierno publique hoy en el BOE una nueva normativa que exige a todo francés que entre por carretera una PCR negativa.
Tal vez, el problema es que ya es demasiado tarde. Numerosas fiestas privadas y un largo etc del que se han aprovechado en este ‘blando país’ numerosos extranjeros y que pueden hacer que incremente considerablemente el número de positivos por coronavirus en los próximos días.
El BOE establece que todas las personas, mayores de seis años, procedentes de zonas de riesgo de Francia que lleguen a España por vía terrestre deberán disponer de “una prueba PCR (RT-PCR), una prueba TMA u otro tipo de prueba diagnóstica para SARS-CoV2 basada en técnicas moleculares equivalentes” realizada en las 72 horas previas a la entrada.
Pero hay excepciones. No tendrán que presentar nada todo aquel profesional que se dedique al transporte, trabajos fronterizos y residentes en zonas fronterizas en un radio de 30 kilómetros.
Multas que rondarán desde los 3.000 mil euros hasta los 600.000 para todo aquel viajero que incumpla la ley y así intentar controlar la llegada masiva de franceses, especialmente a Madrid, para disfrutar del tiempo, de las fiestas ilegales y del ‘cachondeo y libertad’ que hay en este país para los extranjeros claro, ya que los españoles continúan bajo una ‘dictadura’ mal camuflada.
