jueves, marzo 28, 2024

“El gran engaño”

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Artículo de opinión de Ángel R. Boya Balet

El Gran Engaño, la madre de todos los engaños, consiste en que a los españolitos se les ha hecho creer que saben leer, que no son analfabetos. Este engaño es además una estafa porque tras el tiempo invertido en los estudios de EGB y de más alto nivel se supone que se ha adquirido la alfabetización y Cultura suficiente para poder leer libros, la base del conocimiento intelectual.

Esta estafa no tiene como beneficiarios a los estafadores, sino que éstos solo son testaferros de los beneficiarios de nuestro analfabetismo.

El Gran Engaño se basa en la existencia de dos tipos de analfabetos: los profundos y los funcionales.

Son analfabetos profundos aquellas personas o “personos”, como decía una analfabeta, “miembra” del PSOE que eran incapaces de juntar letras para formar sílabas y éstas para formar palabras. Éstos, los profundos, eran incapaces de leer un anuncio publicitario, como tampoco lo eran de enterarse de cualquier mensaje escrito. Ellos sabían que eran analfabetos, aceptaban dolorosamente su situación y deseaban salir de ella.

Esta lacra de la vida española fue definitivamente eliminada de nuestra historia durante el virreinato del Generalísimo D. Francisco Franco Bahamonde, que en Gloria esté, al que llaman el Dictador.

El segundo tipo de analfabeto está compuesto por los analfabetos funcionales, aquellas personas que colectivamente superan al noventa y muchos por ciento de la población española, que son capaces de leer un anuncio, una factura, una señal viaria, pero son incapaces de leer un sencillo libro de divulgación 1 por lo que quedan al margen de la cultura y se ven obligados a informarse, alimentarse culturalmente y entretenerse, a través de las televisiones.

Consecuencia de esta masificación del analfabetismo funcional es que al saber juntar letras y sílabas, los funcionales creen que todos los españolitos tienen el mismo nivel cultural y que no hay diferencias sociales y culturales porque todos pueden leer un anuncio o una señal de circulación, es decir lo necesario para comprar y obedecer. Así aceptan su condición, tan felices y se creen normales. De esta forma no pretenden mejorar su situación y desconocen las enormes desigualdades sociales existentes. Las clases sociales en el largo plazo están influidas por los distintos niveles de renta, pero a corto plazo reflejan los distintos niveles culturales.

El analfabetismo de cualquier clase produce un vacío cultural del que el afectado trata de salir acudiendo al único agarradero posible para él, la TV. La TV es a los analfabetos lo que el biberón a los recién nacidos. No pueden tomar otra clase de alimentos, no la podrían digerir. Así satisfechos refuerzan su analfabetismo, que les impide leer.

Dado que los analfabetos funcionales, repito más del 90% de la población española lo es, acuden a su abrevadero, la televisión, allá acuden los depredadores, las multinacionales para hacer su carnicería, es decir para “completar la fallida educación de la Escuela”.

Una vez colocados frente a la TV se les somete al lavado de cerebro (con los mensajes y doctrinas que dictan las multinacionales para garantizar e incrementar a largo plazo sus beneficios económicos), aceptando esos analfabetos todo, absolutamente todo lo que oyen y ven en la caja tonta.

El analfabeto funcional, “casualmente” es el tipo de persona que el sistema capitalista, el de la Teoría Económica, requiere. El prototipo de este “homo economicus”, concebido inicialmente por la Ilustración en el siglo XVIII y en el que se basó Adam Smith ( 1723-1790) para construir “La Riqueza de las Naciones, presenta este rasgo diferenciador: se mueve exclusivamente por su interés económico y está desprovisto de todo tipo de vínculos afectivos y de todo tipo de valores.

A esta forma de homúnculo quieren reducir las multinacionales el ser humano para poder aplicar íntegramente la Teoría Económica, lo que conduce al mercado autorregulado puro y duro, es decir sin intervención alguna del Estado ni de la Sociedad civil en la que se inserta ese mercado y en el que por tanto sólo operan las fuerzas de la oferta de trabajo y de su correspondiente demanda. La experiencia demuestra que en esa situación la demanda de trabajo SIEMPRE ha sido pisoteada por la oferta. Un ejemplo bastante aceptable del mercado autorregulado es la actual situación de China Continental donde coexisten una brutal dictadura con un capitalismo salvaje.

Debido a esa coincidencia entre el individuo producto de la Escuela y las pretensiones del Sistema capitalista encarnado por las multinacionales debe concluirse que la Educación desde hace años está de manera encubierta manipulada por las multinacionales en su beneficio, como así lo atestiguan múltiples trabajos realizados tanto en USA como en países europeos, entre otros los de Christopher Lasch, Liliane Lurçat y Jean-Claude Michéa.

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